El Gobierno Nacional trabaja por estas horas, a dos semanas del inicio de las sesiones ordinarias en el Congreso, para acelerar los detalles del acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que presentará ante un Congreso en el que espera encontrar debate y una «segura aprobación», mientras comienza a delinear propuestas legislativas sobre temas que en este momento no se encuentran en la agenda pública.
En los últimos días, los distintos ministerios fueron enviando el balance de lo realizado en el último año y los planes a futuro para que sean incluidos en el discurso que Alberto Fernández brindará ante la Asamblea Legislativa el 1 de marzo, pero la máxima atención está centrada por estos días en el cierre del capítulo parlamentario de la deuda externa.
«El acuerdo que estamos impulsando es un paso más de un problema en el que vamos a tener que dar muchos pasos. Este es el primer paso que nos libera de hacer pagos durante cuatro años y nos permite seguir adelante con nuestra idea de seguir haciendo crecer la economía a través de la inversión pública», señaló Fernández en declaraciones formuladas el sábado a Radio 10.
Tras su regreso de la gira internacional que lo llevó a Rusia, China y Barbados, tanto el jueves como el viernes, el Jefe de Estado mantuvo reuniones con el ministro de Economía, Martín Guzmán y con el embajador en los Estados Unidos, Jorge Argüello, con el motivo de «acelerar» el acuerdo que deberá tener la aprobación del «board» del FMI y, como marca la ley, la sanción de los diputados y senadores argentinos.
Los plazos son los previstos: en la entrevista que Guzmán brindó a Télam en Moscú estimó que la letra chica del entendimiento final se terminará de definir en las próximas dos semanas; es decir, las que faltan para el inicio de las sesiones ordinarias.
Si bien luego de la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados diversos actores políticos habían puesto en duda la suerte del proyecto del acuerdo en el Congreso, ahora, primero el propio Fernández y luego diversos actores parlamentarios, comienzan a hablar de un seguro acompañamiento a la iniciativa.