El receso de estos 16 días que separarán a la derrota ante Agropecuario del partido ante Tigre, uno de los candidatos, deberá servir para cambiar lo que se viene haciendo.
Desde el «fútbol-champagne» mostrado ante Gimnasia de Mendoza solo quedan viejos recuerdos. Luego no pudo ante Estudiantes de Río Cuarto, que jugó una hora con 10; tampoco ante Temperley al que le rasguñó un empate en tiempo agregado y con lo justo le ganó a Maipú (sin demasiados merecimientos).
La derrota ante Agropecuario fue consecuencia de esta serie confusa de partidos a la que ingresó el equipo de Sava. En Carlos Casares volvió a ser superado desde lo táctico y otra vez no hubo respuestas desde afuera, cuando el equipo las necesitaba adentro.
Mal planteo de partido, insistente Sava en ponerlo a Ramiro Arias a cumplir una función que por características le queda incómoda y con tardía resolución para provocar cambios (recién los hubo en el 0-3), ya que en el entretiempo con el 0-2, por lesión saló el delantero Bonetto e ingresó el delantero Pavone.
Individualidades que sufren el sistema. Mal partido de Villarreal pero también de Moreira (héroe ante Maipú), de García Basso y de Barrios.
De manera increíble, el entrenador perdió todo lo bueno que había construido tras la gran victoria en Mendoza. Deberá aprovechar el tiempo para hacer cambios, porque así no se puede seguir.
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