La Semana de la Lactancia Materna

Se celebra ante la Declaración de Innocenti de la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia del 1 de agosto de 1990

La Semana Mundial de la Lactancia Materna tiene el objetivo de proteger, promover y respaldar la decisión de amamantar. Se realiza, desde el 1 al 7 de agosto, en recuerdo de la Declaración emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), llamada Declaración de Innocenti, que fue celebrada el 1 de agosto de 1990.

El lema de este año es Proteger la lactancia es una responsabilidad compartida e invita a la comunidad a comprometerse en generar las condiciones para hacerlo de la mejor manera posible.

Tanto los entornos familiares, como los equipos de salud, los espacios de trabajo y la comunidad pueden contribuir a garantizar la lactancia, acompañando, brindando información y apoyando durante el tiempo de amamantamiento.

La Ley Nacional 26.873 promueve y concientiza sobre la importancia de la lactancia materna. Además contempla la
promoción de la lactancia materna exclusiva y prácticas óptimas de alimentación en niños de hasta seis meses de edad; la promoción de lactancia materna continuada y alimentación complementaria oportuna para niños de hasta dos años de edad; la difusión y acceso a información para concientizar a las mujeres embarazadas y el desarrollo de centros de lactancia y el fomento de bancos de leche materna.

Uno de los aspectos más importantes e innovadores alude a la protección de la madre lactante trabajadora. Estipula el establecimiento de lactarios en oficinas y espacios laborales, así como el diseño de políticas para la creación de los bancos de leche materna.

La decisión de amamantar requiere ser acompañada de un contexto que la garantice. En el ámbito laboral, creando espacios adecuados; en el ámbito familiar, distribuyendo las tareas de cuidado para disponer del tiempo y el espacio para la lactancia, desde la salud brindando información y respetando la decisión y los tiempos de la mujeres.

La leche materna ayuda a proteger a niñas y niños de enfermedades como gastroenteritis, infecciones de las vías respiratorias, otitis, infecciones urinarias, enfermedades inmunitarias, e incluso frente al Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. Sin embargo, es muy importante insistir en que son las madres las que deben elegir con libertad y conciencia lo que crean mejor para la crianza de sus hijas e hijos.

En contexto de COVID-19, las personas que amamantan, al igual que quienes cursan un embarazo tienen prioridad en la vacunación.

En nuestro país, leyes como la 20.744 de Contrato de Trabajo, al igual que la mayoría de los Convenios Colectivos, protegen a las mujeres durante las etapas de embarazo y lactancia, permitiéndoles una mejor compatibilidad entre su rol materno y la reinserción en el trabajo remunerado. En el marco de esa misma Ley es responsabilidad de todas y todos generar en el ámbito laboral las condiciones necesarias para facilitar el derecho a la lactancia.

La Ley 26.873 promueve el establecimiento de Espacios Amigos de la Lactancia en los lugares de trabajo. Los lactarios resultan fundamentales para garantizar la continuidad del amamantamiento en el retorno al trabajo. El lugar debe ser cercano al destino asignado y adecuado para realizarse extracciones, guardar y conservar la leche durante la jornada y destinarla a que sea el alimento de la hija o hijo durante su ausencia, deben contar con un sillón y una heladera, y con las condiciones básicas de higiene. Si el o la lactante queda al cuidado de una institución maternal cercana al ámbito laboral, los descansos previstos por el régimen de lactancia pueden destinarse a amamantar. Proteger la lactancia es una responsabilidad compartida.

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