Mundial: Croacia, el otro finalista

Por primera vez en su historia, el conjunto balcánico jugará el partido decisivo de la Copa y lo logró tras dárselo vuelta a Inglaterra por 2-1. El domingo, con Francia

Croacia hizo historia y se metió en la Final de la Copa del Mundo de Rusia 2018. Venció por 2 a 1 a Inglaterra con goles de Iván Perisic y de Mario Mandzukic. Kieran Trippier había adelantado a los ingleses en el primer tiempo. El domingo a las 12 definirá el título en Moscú ante Francia.
Los dirigidos por Gareth Southgate se pusieron rápidamente en ventaja gracias a un exquisito tiro libre de Trippier, quien a los 4 minutos del primer timepo logró poner el 1 a 0. Luego el goleado Harry Keane desperdició un increíble mano a mano que habría significado el 2 a 0 para los Tres Leones.
Ya en el complemento, los croatas salieron a buscarlo y lograron empatarlo a los 23 minutos: Kyle Walker se durmió e Ivan Perisic la anticipó, poniendo el 1 a 1 que se mantendría durante los 90 minutos y forzaría el alargue.
En el suplementario, Croacia fue superior ante los jóvenes ingleses y Mario Mandzukic hizo el gol más importante de su vida. A los 4 del segundo tiempo, dejó sin chances a Jordan Pickford para sentenciar el 2-1 que luego sus compañeros supieron sostener para hacer historia.
De esta manera, la Vatreni definirá el título el domingo, desde las 12 en Moscú, ante Francia y buscará consagrarse por primera vez como Campeón del Mundo.

«El corazón, el carácter y el orgullo»

El seleccionador croata, Zlatko Dalic, resaltó que «el corazón, el carácter y el orgullo» fueron factores determinantes en el triunfo Vatreni 2-1 sobre Inglaterra por las Semifinales del Mundial de Rusia 2018.
«Si hubiéramos jugado mal no estaríamos hablando de que el domingo vamos a jugar una final. Creo que el de hoy (ayer) fue nuestro mejor partido en este Mundial. Jugamos motivados, sin presión, sin nervios y sabiendo que no podíamos perder la cabeza. Hoy los jugadores disfrutaron de su fútbol», destacó.
Agregó: «mostraron toda su fuerza y su energía. Yo quería hacer algún cambio, pero la realidad es que ninguno quería ser cambiado. Algunos jugaron lesionados. Estoy convencido de que estando así no jugarían cualquier otro partido, pero su actitud ha sido fantástica. Nadie quería decirme: ‘No estoy preparado’. Todos me decían: ‘No me cambies’. Ese carácter es algo que admiro. Nunca nos hemos rendido».

El entrenador croata junto a la figura del equipo: Luka Modric

Un pueblo que sabe de sacrificios

Para 1990 Croacia era todavía parte de la República Federativa Popular de Yugoslavia o simplemente la Segunda Yugoslavia, un Estado fundado tras la Segunda Guerra Mundial que reunía a Bosnia y Herzegovina, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia. El régimen era dirigido por Josip Broz Tito y aliada de la Unión Soviética hasta 1948.
La disolución de Yugoslavia tuvo diversos factores: el malestar de las naciones más desarrolladas por subsidiar la crisis económica de las otras, conflictos étnicos, la creación de las regiones autónomas de Vojvodina y Kosovo, la muerte de Tito y la figura de Slobodan Milosevic.
Milosevic fue un duro crítico del sistema federal y buscó centralizar el gobierno en Serbia alegando que era el pueblo más numeroso dentro de Yugoslavia. Las intenciones independentistas de Croacia y de Eslovenia llevaron a sus líderes a rechazar esto y los representantes de la federación no llegaron a un acuerdo, provocando la disolución del Partido Comunista Yugoslavo.
Con el régimen comunista caído, se llevaron a cabo comicios multipartidistas en los que Croacia y Eslovenia escogieron a líderes que fortalecieron los aires independentistas. Serbia y Montenegro, por otro lado, eran férreos defensores de mantener a Yugoslavia unida.
El tenso ambiente terminó por explotar en marzo de 1990 en la ciudad croata de Split, cuando un joven militar yugoslavo fue asesinado dentro del tanque que conducía alrededor de manifestantes pro independentistas.
El asesinato provocó un efecto dominó. Primero, el Ejército Popular Yugoslavo (EPY) intentó declarar el estado de emergencia, pero la medida fue bloqueada por el grupo de países que apoyaban a Croacia. Sin embargo, grupos serbios acataron la medida en regiones autónomas.
Croacia reaccionó a los bloqueos de vías con helicópteros y fuerzas policiales. El EPY respondió con aviones de guerra. En diciembre de 1990 el parlamento croata proclamó su soberanía. Pero, a inicios de 1991, difundieron un video de una reunión secreta en la que aparecía el Ministro de Defensa croata anunciando que estaban en guerra con el Ejército.
Para marzo de 1991 habían estallado diversas protestas contra Milosevic en Belgrado, que fueron fuertemente reprimidas causando la muerte de dos personas. A fines de ese mes se registró el incidente de los Lagos de Plitvice, un choque armado entre la policía croata y fuerzas serbias donde murió una persona por lado.
En mayo el pueblo croata fue sometido a un referéndum en el que el 90% apoyó la independencia. Tras ello, a mitad de año, dos regiones autónomas serbias se habían separado de Croacia y Belgrado decidió dejar de pagarle impuesto al gobierno de Zagreb.
Finalmente, el 25 de junio Croacia proclamó unilateralmente su independencia de Yugoslavia. Sin embargo, a solo un mes del anuncio empezó una guerra entre Croacia y fuerzas agrupadas en la denominada República Serbia de Krajina, territorio rebelde apoyado por el EPY que buscaban el regreso croata al bloque.
El conflicto duró 4 años, desde 1991 hasta agosto de 1995, y dejó al menos 20 mil muertos y 37 mil heridos, según cifras croatas. Además de unos 447 mil desplazados, según cifras serbias.
Actualmente, los croatas celebran el Día de la Victoria y de Acción de Gracias por la Patria el 5 de agosto.

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