Perpetua para el asesino de un policía de Quilmes

Un hombre fue condenado a la pena de prisión perpetua y otro recibió 23 años de cárcel, acusados de haber asesinado a un policía Federal de Quilmes y a un barrendero durante un asalto a bordo de un colectivo cometido en octubre del 2020, en medio de las restricciones para circular por la pandemia del coronavirus, en el barrio porteño de Barracas.

En un fallo dado a conocer este miércoles en el Palacio de Tribunales porteño, el Tribunal Oral en lo Criminal 7 le aplicó la pena máxima a Diego Gastón Guida (41), al considerarlo el autor material del hecho, y 23 años de cárcel para su cómplice, Cristian Ramón Vivas (43), en lo que fue el final del juicio por el doble homicidio del efectivo Esteban Nicolás Lagos (28) y de Juan Roberto Bonifacio (34).

En el caso de Guida, los jueces Gustavo Alterini, Gabriel Vega y Alejandro Nocetti Achával lo consideraron autor de los delitos de «robo agravado por su comisión con un arma de fuego en concurso ideal con doble homicidio calificado por haber sido perpetrado para consumar otro delito y procurar su impunidad» (criminis causa) y además lo declararon reincidente.

A Vivas, en cambio, le dictaron la pena menor de 23 años, porque entendieron que cometió un «homicidio en ocasión de robo» y ya fijaron como fecha de vencimiento de dicha pena el 25 de octubre de 2043.

La lectura de la sentencia fue presenciada por familiares de ambas víctimas, quienes se manifestaron conformes con la pena aplicada a ambos acusados.

Fabiana, la madre de Lagos, se lamentó ante Télam por la ausencia de su hijo: «Estoy conforme con la sentencia, pero en realidad a mi hijo no me lo devuelve nadie».

«Si la Justicia hubiera actuado antes, hoy yo tendría a Esteban; ojalá que esta vez no los suelten», se lamentó Fabiana, haciendo referencia a que el condenado Guida tenía antecedentes por robos y había sido excarcelado 20 días antes de cometer los crímenes cuando una Cámara le fijó una fianza de 10.000 pesos y lo encomendó a «someterse al cuidado» de su mamá y una vecina.

Por su parte, Graciela, la viuda de Bonifacio, también se mostró satisfecha con el resultado del juicio, aunque explicó que «el dolor permanece».

«Lo que me tranquiliza es saber que otra familia no va a pasar por esto, por lo menos con este hijo de su buena madre», dijo la mujer.

Por su lado, una de las abogadas de las familias de las víctimas, Valeria Corbacho sostuvo en diálogo con Télam que el veredicto «refleja lo que se probó en el juicio».

«Queremos recordar en este momento los valientes testimonios de todos los trabajadores que esa noche viajaban en el colectivo y fueron a declarar a pesar del miedo», destacó la letrada.

«Tampoco podemos normalizar la inseguridad. El Estado nos tiene que proteger. Este fallo trae orden y seguridad en el amplio sentido de la palabra. Lo decidido por el Tribunal recompone la seguridad jurídica, ese es el único camino para vivir en paz», concluyó Corbacho.

A su vez, Fernando Lirman, abogado y parte del equipo de la querella en conjunto con Corbacho, dijo a Télam que esperaban «condenas ejemplares como estas, con penas acordes a la magnitud del daño causado en función de las figuras en las que encuadraron los hechos».

«Lo que no sabemos son las razones de la disidencia parcial que nos llama la atención pero lo sabremos con los fundamentos», agregó Lirman.

Es que el tribunal señaló en la lectura del veredicto que el fallo contaba con la disidencia parcial de uno de los jueces, aunque recién se podrá conocer esa disidencia cuando se conozcan los fundamentos, el próximo 7 de febrero.

Los dos acusados escucharon el veredicto por videoconferencia desde sus lugares de detención.

El hecho ventilado en el debate ocurrió el lunes 19 de octubre de 2020, a las 23.40, en pleno Aislamiento, Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) por la pandemia, a bordo del interno 4845 de la línea 100, ramal 1, que circulaba por la calle Vieytes, entre Quinquela Martín y Suárez, cuando dos ladrones subieron armados y con intenciones de robo.

Según la pesquisa, uno de los ladrones pasó saludando hacia el fondo y el otro se quedó en la parte delantera, extrajo un arma y anunció que se trataba de un asalto.

«¡Bueno, están todos regalados!», fue la frase que ese delincuente gritó al iniciar el robo, tras lo cual tomó como «escudo humano» a un joven de 29 años que viajaba en el primer asiento detrás del chofer.

Al ver la situación, Lagos, quien viajaba entre los pasajeros y estaba uniformado (con su chaleco antibalas colocado), se levantó de su asiento para dar la voz de alto, pero de inmediato comenzaron los disparos.

Lagos se desempeñaba en la División Ferrocarril Mitre de la PFA y era hijo de un policía que integra la División Homicidios de la misma fuerza federal, que fue la que esclareció el hecho.

De hecho, la fuga quedó grabada por cámaras de seguridad cuyos videos se convirtieron en una evidencia clave de la investigación.

La autopsia determinó que el policía recibió cuatro tiros de frente: uno en el cuello, otro en el pecho, un tercero en un brazo y el restante en una pierna, mientras que Bonifacio fue alcanzado por un único disparo que ingresó por la espalda.

Otros dos pasajeros, de 30 y 34 años, resultaron baleados, en tanto los dos delincuentes resultaron ilesos y escaparon de la unidad luego de pedirle al chofer que abriera la puerta y de robar la pistola 9 milímetros reglamentaria al policía baleado.

Compartir