Las industrias tecnológicas redefinen la economía de los países, sobre todo en un mundo tan conectado. Desde el auge de las energías renovables hasta el empuje de las startups, pasando una digitalización que lo atraviesa casi todo, España tiene bastante para contar sobre el presente y el futuro del tema.
Digitalización e impulso de la economía española
En 2022, las empresas tecnológicas con presencia en España facturaron 124.316 millones de euros, con un crecimiento del 12,8 % respecto del año anterior. El sector equivale al 21 % del Producto Interno Bruto (PIB) del país y ese año generó valor añadido por 45.619 millones de euros.
Sin embargo, Madrid y Cataluña concentran el 49 % de la producción de ese valor digital, por lo que la mayoría de las comunidades están significativamente rezagadas. Esta brecha limita las oportunidades en las zonas menos desarrolladas desde un punto de vista tecnológico, porque la falta de acceso equitativo a la tecnología amplía las desigualdades.
La digitalización lo está cambiando todo, incluso el entretenimiento: un ejemplo es el boom de las tragaperras en línea a las que puede jugarse en plataformas como las seleccionadas por nuestro equipo de expertos en la industria, que responden a preguntas como qué opciones son más seguras, qué métodos de pago ofrecen y qué tal es la atención al cliente.
Energías renovables y compromiso con un futuro más sostenible
España es el segundo productor de energía eólica en Europa, habiendo instalado 1.670 MW de potencia en 2022, lo que llevó a más de 30.000 MW el total disponible para este tipo de energía. El único país del continente que lo supera es Alemania y se trata de un sector clave pensando en cumplir los objetivos climáticos europeos.
Es un tema que preocupa a organismos como el G20, que recientemente se comprometió a fomentar mecanismos financieros para atenuar la «crisis climática». Pero la relevancia de las energías renovables no solo pasa por el cuidado del medio ambiente, dado que además generan empleo y reducen la dependencia energética de otros países.
Industria automotriz y movilidad eléctrica en España
España es el segundo productor de coches en el continente. Las ventas de vehículos eléctricos e híbridos enchufables alcanzaron las 113.776 unidades, lo que al cierre de 2023 representaba un 12 % del total de las matriculaciones en el país.
Al concluir ese año, el parque móvil nacional contaba con 466.178 vehículos híbridos o completamente eléctricos, número que está lejos del objetivo de 5.500.000 millones establecido para 2030 en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).
El gobierno español se comprometió a fomentar la adquisición de coches eléctricos y se expresó sobre la necesidad de implementar medidas para impulsar la infraestructura de recarga en el país.
Microelectrónica y semiconductores para la autonomía tecnológica
La creación de la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT) busca reducir la dependencia de otros países. Este organismo gestiona 20.000 millones de euros y entre otras cuestiones tiene el objetivo de impulsar la producción de semiconductores, esenciales para la automoción y las telecomunicaciones.
El dominio de Estados Unidos en el diseño de componentes electrónicos y el de China en su producción se llevan por mucho las mayores cuotas de estos mercados, por lo que España deberá hacer un gran esfuerzo en este sentido, al igual que casi todos los países.
El auge del emprendimiento tecnológico español
En 2024, la inversión en capital de riesgo en España alcanzó los 1.437 millones de euros. El país tuvo la cifra más alta del sur de Europa y superó a países como Italia (862 millones de euros) y Portugal (96 millones de euros).
Ese mismo año, la startup TravelPerk (fundada en Barcelona) duplicó su valuación al cerrar una ronda de financiación por 190 millones de euros, con lo que alcanzó una capitalización de mercado de 2.571 millones de euros. Entre 2015 y 2024, la plantilla tecnológica de España se multiplicó por 13 (en Europa por 7), pasando de 14.000 a 175.000 trabajadores.
Inversión extranjera y el «Made in Europe»
España es considerado un destino estratégico para la inversión extranjera, especialmente proveniente de China. Varias empresas de ese país eligieron España para producir bajo la etiqueta «Made in Europe» (hecho en Europa).
Sectores como el de la automoción, las energías renovables y la minería lideran la tendencia. Estas inversiones generan empleo y contribuyen a lo que se denomina “transferencia de tecnología”, además de que fortalecen la posición de España en las cadenas de valor continentales.
Las industrias que mueven España hacia el futuro
Sectores como el de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), las energías renovables y las startups contribuyen considerablemente a la economía de España, escriben buena parte de su presente y esbozan su futuro.
Aunque existen retos, como la disparidad en el desarrollo tecnológico de las distintas comunidades autonómicas, hay más oportunidades que obstáculos. España debe avanzar, ya que el progreso nunca espera y el destino siempre premia a los que se atreven a imaginarlo.