Recalculando; el equipo está perdido

La formación de Quilmes
Recalculando: Quilmes debe encontrar un nuevo rumbo

Está perdido. Quilmes deambula por este tramo de la Primera Nacional, justo en la etapa donde se define quienes serán los equipos que pelearán por jugar la final y así tener dos chances de ascenso. Pero el Cervecero que había tenido un gran inicio, se extravió en un momento clave del campeonato. En estos casos y desde hace ya varios años, el GPS marcaría un recalculando.

De eso se trata de encontrar otra vez el camino y poder transitarlo sin grandes obstáculos y a paso firme de acá y hasta el final de la temporada. Sin embargo, desde hace varias fechas que el equipo no puede encontrar el rumbo.

Como se dijo en esta misma columna hace un tiempo, el problema del equipo no pasaba ni pasa por una cuestión de actitud, ni mucho menos por la extraña razón que se pretendió exponer de cierta diferencia de juego cuando es local o afuera del estadio Centenario. Quilmes juega mal, tanto de local como de visitante.

El problema del equipo es de funcionamiento. Incluso en su mejor etapa del campeonato, en esas primera mitad, donde en 8 fechas había ganado 6 y perdido 2 (18 puntos sobre 24), había mostrado un juego directo con poca fluidez de fútbol. Pero había sido efectivo y no se trató de suerte o de factores externos, por el contrario esa verticalidad era hecha de gran forma.

En la segunda mitad esa característica se perdió, por motivos que pueden meternos en un largo debate, los resultados así lo demuestran: en las siguientes 8 fechas, Quilmes ganó 1, empató 3 y perdió 4 (6 puntos sobre 24).

Por lo que no lo respaldó un funcionamiento colectivo a las individualidades que bajaron de manera estrepitosa su nivel y que a muchos de ellos les puede costar su continuidad en la institución en el próximo mercado de pases.

Con la caída de rendimiento individual sumado a la inexistente falta de funcionamiento, Quilmes se cayó de la tabla de posiciones y hoy conserva un 6to puesto y hasta podría perder su lugar en el reducido en la próxima fecha, con una combinación de resultados, justo cuando finalizará la primera rueda.

¿Qué hacemos? Escuchemos a “la Gallega”, recalculemos. Habrá que sostener este proyecto que encabeza un técnico que conoce más de objetivos cumplidos que de procesos interrumpidos. Sí, es el momento de las decisiones y en eso tanto el DT como la directiva no tienen margen de error.

Habrá que traer refuerzos para potenciar un plantel que necesita tanto una depuración como límites. Deberán volver los premios y los castigos. Pero sobre todo sacarle el telón de Disney “al club futbolero”, ya que este proceso se alimentó de ilusiones. Los sueños ya parecen pesadillas y hay que despertar a tiempo. Es hora.

SEBASTIÁN KERLE

Compartir