Uruguay ayer venció a Egipto por 1-0 en su debut en el Mundial de Rusia 2018. El gol lo convirtió José María Giménez a los 89 minutos.
A la Celeste le costó conseguir el triunfo y mucho. Transpiró más de la cuenta. A la Selección de Uruguay le costó iniciar con el pie derecho su camino en el Grupo A del Mundial 2018, aunque mediante el juego aéreo encontró la única diferencia.
El elenco de Oscar Tabárez creó situaciones pero la figura uruguaya, Luis Suárez, no estuvo fino y desperdició importantes chances de gol. Lucho tuvo una tarde para el olvido.
Sumar es la cuestión. Ganar es el escenario ideal, pero un triunfo así, sin haberse lucido en el campo de juego, tiene mucha importancia para el Celeste, que hizo un buen partido y por momentos estuvo desordenado en defensa.
El Pistolero Suárez suele ser letal en el área rival, aunque ayer en el estadio Arena Ekaterimburgo no estuvo fino y despilfarró tres situaciones claras de gol. En la primera no pudo sacarle provecho a una pelota que quedó boyando tras un córner, mientras que en el segundo casi le saca rédito a una defensa del Faraón, que comenzó dormida e imprecisa.
El defensor José María Giménez tuvo firmeza en los cortes y junto a Diego Godín anularon a los jugadores rivales. Mohamed Salah sufrió desde el banco de suplentes.
Edinson Cavani también tuvo una errática actuación. El portero egipcio Mohamed El-Shenawy se lució con una sensacional volada, mientras que luego el palo lo salvó tras un tiro libre del ex Palermo y Nápoli de Italia, actual máximo artillero del PSG francés.
La alegría de Uruguay llegó mediante la pelota quieta: a través de un córner el jugador del Atlético de Madrid, Josema Giménez, ganó por arriba y descolocó al arquero. Fue el 1-0 y desató el desahogo.
Con este triunfo, la Selección de Uruguay rompió la racha adversa que tenía desde México 1970. Esta maldición era no poder ganar su primer partido en una Copa del Mundo. En ese certamen, los Charrúas le ganaron por 2-0 a Israel.
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