El comercio minorista se prepara para la temporada de compras de Reyes Magos en un contexto marcado por la necesidad de liquidar stocks y el impacto de subas de precios que se mantienen por debajo de la inflación general. Según analistas del sector, de mantenerse la tendencia observada durante las fiestas de Navidad, las ventas no se destacarán en cantidades.
Un panorama condicionado por la economía
La incertidumbre económica y la aceleración de los precios continúan siendo factores determinantes en las decisiones de consumo. En comparación con el año pasado, el volumen de ventas ha experimentado una caída significativa, reflejo de la disminución del poder adquisitivo y de la cautela que predomina entre los consumidores.
Comerciantes de diversos rubros han reconocido que, si bien las subas de precios son inevitables, estas no logran acompañar el ritmo inflacionario, lo que pone en aprietos a los negocios que necesitan renovar mercadería para el nuevo año. “Estamos ofreciendo promociones y descuentos agresivos para mover los productos que quedaron de Navidad, pero la respuesta del público es medida”, comentó el propietario de una juguetería en el barrio de Almagro.
Preferencias y tendencias de consumo
Aunque la situación económica limita las posibilidades de gasto, ciertos productos mantienen su atractivo para las familias. Los juguetes económicos, la ropa y los artículos de uso cotidiano lideran las preferencias, mientras que las opciones más costosas, como tecnología y bicicletas, registran menor demanda.
Las plataformas de comercio electrónico también han mostrado un leve incremento en sus transacciones, impulsadas por descuentos exclusivos y opciones de financiamiento. Sin embargo, los volúmenes de venta están lejos de los niveles previos a la crisis económica.
Expectativas para Reyes
A medida que se acercan las fechas clave, los comerciantes confían en un repunte de último momento gracias a las tradiciones familiares asociadas con Reyes Magos. “Aunque las compras sean más moderadas, siempre hay una intención de regalar algo a los más chicos”, destacó un comerciante de un centro comercial porteño.
En este contexto, el sector enfrenta el desafío de equilibrar precios accesibles con la necesidad de mantener la rentabilidad, mientras los consumidores priorizan opciones que les permitan cuidar su economía sin dejar de lado las celebraciones.