Un insólito motivo retraso más de 20 minutos el inicio del partido entre Quilmes-Tristán Suárez. El encuentro estaba previsto para comenzar a las 20.05 pero 40 minutos antes se decidió postergarlo hasta las 20.30, a pesar que ya había mucho público en el estadio.
La decisión la tomó el árbitro del partido, el polémico Lucas Comesaña, cuando se le presentó la camiseta de Tristán Suárez y la de Quilmes. Comesaña observó que no se identificaba con claridad las camisetas, debido al color blanco y azul del visitante y al blanco del Cervecero.
El árbitro pidió que Quilmes, como corresponde por reglamento al local, debía cambiar la vestimenta. Tampoco se aceptó la camiseta azul del Cervecero por lo que hubo que buscar de apuro una de color negra de la anterior temporada que se usa para la Reserva.
Las camisetas estaban en el predio de Alsina y Lora y hasta allí fue el secretario Gustavo De la Fuente acompañado por uno de los utileros. Por lo que hubo que estampar publicidades de apuro y encima se combinó con pantalones blancos, ya que Tristán Suárez tenía azules.
Por lo que quedará en la historia como el partido en el que Quilmes lució de negro (camiseta) y blanco (pantalón).
