El sector de la construcción continúa en una marcada tendencia negativa. En diciembre, el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) registró una caída del 10,2 por ciento en comparación con el mismo mes de 2023, reflejando el impacto de la crisis económica y la falta de inversión en infraestructura.
La parálisis en la obra pública es uno de los principales factores que explican este derrumbe. En un año electoral, las provincias mantienen la esperanza de que el Gobierno nacional reactive los proyectos de infraestructura para dinamizar el sector y evitar un mayor deterioro del empleo. Sin embargo, hasta el momento no hubo señales claras de un giro en la política económica.
Empresarios del sector advierten que la retracción de la actividad podría continuar si no se adoptan medidas urgentes. La caída en la demanda de materiales y la menor ejecución de obras impactan tanto en las grandes constructoras como en las pymes y los trabajadores del rubro, que ven con preocupación el escenario actual.
Mientras tanto, los gobiernos provinciales presionan por un mayor compromiso en la inversión pública, ya que consideran clave la reactivación de la construcción para impulsar el crecimiento y generar empleo. En los próximos meses, el panorama dependerá de las decisiones que tome el Ejecutivo respecto a la política de infraestructura y financiamiento de obras.