La economía argentina registró en septiembre una contracción del 3,3% frente al mismo mes de 2023 y un retroceso del 0,3% en relación con agosto pasado, de acuerdo con los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El informe, basado en el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), refleja el fin de una breve racha positiva en la comparación mensual.
En julio, la actividad había mostrado una suba del 2,7% respecto a junio, mientras que en agosto el crecimiento mensual fue del 0,9%. Sin embargo, la leve mejora experimentada en los meses de invierno no logró sostenerse hacia el final del tercer trimestre, evidenciando la persistente fragilidad de la economía nacional.
El indicador interanual también confirma el deterioro, ya que septiembre representó el cuarto mes consecutivo con caídas frente al mismo periodo del año anterior, en un contexto marcado por fuertes desequilibrios macroeconómicos, un proceso inflacionario que supera el 140% anual y una creciente incertidumbre política tras las recientes elecciones.
El EMAE es considerado un termómetro clave para anticipar la evolución del Producto Bruto Interno (PBI), y estos resultados anticipan que 2024 podría cerrar con una contracción económica superior al 2%. Las expectativas de los analistas también están enfocadas en las decisiones del gobierno entrante, que heredará un escenario desafiante en el que convergen ajustes fiscales, presiones cambiarias y una retracción del consumo.
Con estos datos, se refuerzan las alarmas en torno a la necesidad de políticas económicas que impulsen la inversión y el crecimiento sostenido. Mientras tanto, los sectores productivos y los trabajadores enfrentan un panorama de creciente tensión, con el poder adquisitivo deteriorado y una recuperación que aún parece lejana.