La comercialización de combustibles en Argentina continúa en descenso y registró en febrero una baja del 4 por ciento en comparación con el mismo mes del año pasado. Además, la caída intermensual fue del 7,9 por ciento respecto de enero, según los últimos datos del sector.
El desplome afecta principalmente a la nafta súper y al gasoil, que mostraron una marcada reducción en su demanda. En contraste, el segmento de combustibles premium mantiene una tendencia positiva con un leve crecimiento, lo que refleja un cambio en el consumo por parte de los automovilistas.
La disminución en la venta de combustibles se atribuye a la caída del poder adquisitivo, el encarecimiento de los precios en surtidores y la menor actividad económica en distintos sectores productivos. Ante este panorama, las estaciones de servicio advierten sobre el impacto en la rentabilidad del negocio y en la sostenibilidad del mercado.