León XIV reveló que eligió su nombre papal inspirado en la inteligencia artificial

El nuevo Sumo Pontífice sorprendió al trazar un paralelismo entre el auge de la IA y la Revolución Industrial. Dijo que, como León XIII lo hizo con los desafíos del trabajo en su época, ahora la Iglesia debe responder ante una nueva transformación global.

En una declaración que no pasó desapercibida, el Papa León XIV explicó que su nombre papal fue elegido en parte como referencia directa al impacto global de la Inteligencia Artificial. Lo hizo durante un discurso ante el Colegio Cardenalicio, en el que destacó que los desafíos actuales de la IA recuerdan a los que trajo consigo la Revolución Industrial.

“Hay diferentes razones para ello, pero principalmente porque el Papa León XIII, en su histórica encíclica Rerum Novarum, abordó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial”, explicó. “En nuestros días, la Iglesia ofrece a todos el tesoro de su doctrina social en respuesta a otra revolución industrial: los avances en el campo de la Inteligencia Artificial, que plantean nuevos desafíos para la defensa de la dignidad humana, la justicia y el trabajo”, agregó.

un tema que ya había preocupado a francisco

El vínculo de la Iglesia con la Inteligencia Artificial no es nuevo. Durante su papado, Francisco ya había advertido sobre los riesgos y oportunidades que representan estas tecnologías. En su intervención en la cumbre del G7 el año pasado, las calificó como una “herramienta fascinante, pero tremenda”, y advirtió sobre el uso irresponsable de los sistemas de IA, en especial por su capacidad de amplificar desinformación y contenido difamatorio.

Desde el Vaticano, la mirada ha sido cada vez más atenta a este fenómeno, que avanza a pasos agigantados desde el lanzamiento de ChatGPT en 2022 y que plantea cuestiones éticas profundas: ¿quién controla la tecnología?, ¿cómo impacta en el empleo?, ¿qué riesgos conlleva para la verdad y la libertad humana?

Con este guiño simbólico a León XIV y su preocupación por la cuestión social de su tiempo, el nuevo Papa parece decidido a posicionar a la Iglesia como un actor central en el debate sobre los límites éticos de la inteligencia artificial. Una señal de que Roma no se desentiende de los desafíos del presente.