Murió Laura Jordán de Conte

Murió Laura Jordán de Conte
Murió Laura Jordán de Conte

Laura Jordan de Conte dejó este plano terrenal, pero su lucha y legado continúan vivos en la memoria colectiva. Como Madre de Plaza de Mayo, su nombre está asociado a una de las luchas más emblemáticas de nuestra historia reciente: la búsqueda incansable por verdad, memoria y justicia.

El 7 de junio de 1976 marcó un antes y un después en la vida de Laura. Su hijo, Augusto María Conte, fue secuestrado en un operativo ilegal llevado a cabo en la base aeronaval de Punta Indio, donde cumplía con el servicio militar obligatorio. Desde entonces, su paradero permanece desconocido, víctima de la desaparición forzada que caracterizó al terrorismo de Estado durante la última dictadura militar.

Lejos de resignarse ante el dolor, Laura transformó su tragedia personal en un motor de lucha. Junto a su esposo, Augusto Conte, y el reconocido abogado y defensor de derechos humanos Emilio Mignone, fundó el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Esta organización se convirtió en un referente clave en la defensa de los derechos humanos y en la denuncia de las atrocidades cometidas durante el régimen militar. Desde el CELS, Laura impulsó investigaciones, reunió pruebas y acompañó a otras familias que, como ella, buscaban justicia para sus seres queridos.

Como parte de las Madres de Plaza de Mayo, Laura fue un pilar fundamental en la resistencia pacífica contra la dictadura. Con su pañuelo blanco como símbolo de lucha, recorrió una y otra vez la Plaza de Mayo, reclamando la aparición con vida de los desaparecidos y el castigo para los responsables. Su voz y su presencia se convirtieron en una denuncia constante frente a la impunidad.

El compromiso de Laura trascendió su propio dolor. Luchó por una sociedad más justa, donde nunca más el Estado utilizara el terror como herramienta de control. Su legado es un llamado a la memoria y a la acción, un recordatorio de que la justicia es un derecho inalienable y que la verdad no puede ser silenciada.

Hoy, al despedir a Laura Jordán de Conte, también celebramos su vida y su inquebrantable compromiso con los derechos humanos. Su lucha continúa en cada rincón donde se levanta la voz contra la injusticia, en cada madre que reclama por su hijo, en cada joven que exige memoria, verdad y justicia. Laura no se ha ido, su lucha sigue iluminando el camino hacia un futuro más digno y humano para todos.