La industria de la carne vacuna inició el 2025 con un panorama alarmante: las exportaciones cayeron drásticamente, afectadas por la baja de precios en China —principal destino de la carne argentina— y el incremento del costo del ganado en el mercado local.
Según datos del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), en enero se exportaron 46.200 toneladas de carne vacuna, lo que representa una caída del 25,4% en volumen respecto al mismo mes del año pasado. En términos de ingresos, la baja fue del 4,4%, alcanzando los u$s227,7 millones.
Este doble golpe —caída en los precios internacionales y aumento de costos internos— intensifica la crisis en el sector, que ya había enfrentado un 2024 desafiante. Las dificultades para sostener la rentabilidad y la competitividad en el mercado global preocupan a los productores y exportadores.
Si bien China continúa siendo el principal comprador de carne argentina, la retracción en la demanda y la baja en los valores pagados generan incertidumbre sobre el futuro del comercio exterior del sector.
En paralelo, el mercado interno también siente el impacto: la suba del precio de la carne impulsó nuevamente los índices de inflación, afectando el poder adquisitivo de los consumidores argentinos.
La situación obliga a los actores de la industria a replantear estrategias y buscar alternativas para evitar un mayor deterioro en uno de los sectores clave de la economía nacional.