Andrés Calamaro en el Movistar Arena: 25 años de Honestidad Brutal y un vínculo intacto con Buenos Aires

Andrés Calamaro en el Movistar Arena: 25 años de Honestidad Brutal y un vínculo intacto con Buenos Aires
Andrés Calamaro en el Movistar Arena: 25 años de Honestidad Brutal y un vínculo intacto con Buenos Aires

Desde que el Movistar Arena abrió sus puertas, una tradición parece haberse consolidado en el calendario musical porteño: el regreso de Andrés Calamaro a fin de año. Este ciclo, interrumpido sólo por la pandemia, reafirma su conexión con un público que encuentra en él a uno de sus máximos exponentes. “Somos de Buenos Aires”, dijo con orgullo el viernes, durante el primero de los conciertos con los que celebra –o, en sus propias palabras, “¿celebra?”– los 25 años de Honestidad brutal.

El show, que forma parte de la gira Agenda 1999, representa mucho más que un simple aniversario discográfico. Aunque no sea el cierre de este recorrido internacional, las noches en su ciudad natal se perfilan como uno de los puntos más altos de la gira. La razón es doble: la pertenencia emocional de tocar en casa y la presencia de un público que él define como sus “15 mil mejores amigos”. Esa frase, cargada de humor y afecto, marcó uno de los momentos más cálidos de la noche, justo después de interpretar No tan Buenos Aires y Clonazepán y circo.

Calamaro demostró que su arte sigue tan vigente como siempre, con una performance descollante que destacó por la solidez de su banda. El conjunto, nutrido de un año de presentaciones continuas, desplegó una versatilidad que fue desde las baladas hasta los momentos más rockeros, acompañando al cantante en una travesía por su extensa discografía.

El público no sólo fue espectador, sino también cómplice en este viaje emocional. Cada canción resonó con fuerza en el Movistar Arena, un espacio que parece haberse convertido en un segundo hogar para Calamaro. La comununión entre artista y audiencia fue palpable en cada pausa, cada ovación y cada coro multitudinario.

Así, Andrés Calamaro no solo reafirma su vigencia en el panorama musical, sino también su lugar en el corazón de Buenos Aires, la ciudad que lo vio nacer artísticamente y a la que sigue regresando para celebrar con honestidad, y quizás con un toque de brutalidad, el vínculo indeleble que los une.