El nuevo ministro de Salud, Mario Lugones, continúa generando medidas de alto impacto en la gestión libertaria. Tras el despido del Consejo de Administración del Hospital Garrahan, esta semana ordenó el cierre de la guardia e internación del Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte, en el marco de un ajuste fiscal. La decisión ha generado protestas por parte de los empleados, quienes tomaron el edificio y realizan vigilias y asambleas, creando un nuevo foco de conflicto en el ámbito sanitario.
Aunque inicialmente el Gobierno presentó la medida como una «reestructuración», fuentes del Ministerio de Salud no descartan un cierre total del hospital si no se equilibran las cuentas. Los trabajadores, sorprendidos por la medida, afirman que hay 40 pacientes internados y que el hospital ha atendido a 25.000 personas en lo que va del año, poniendo en duda la justificación de priorizar recursos.
El Ministerio de Salud confirmó el viernes que se ha iniciado la derivación de los pacientes a otras instituciones, lo que agudiza la tensión entre las partes involucradas.