Florencio Varela está de luto. A los 85 años, falleció el Padre Miguel Hrymacz, un sacerdote que dedicó su vida a los más necesitados y se comprometió profundamente con los derechos humanos. Su legado en la comunidad y su incansable labor social han dejado una huella imborrable.
Nacido en una humilde familia del conurbano bonaerense, Miguel encontró su vocación desde muy joven. Su labor en Berazategui como cura párroco de la iglesia «San José y Santa Cecilia» lo convirtió en un faro de esperanza durante la dictadura militar, enfrentando amenazas por denunciar las detenciones ilegales desde el púlpito.
Conocido por su valentía, Miguel se mantuvo firme cuando su parroquia fue rodeada por 425 efectivos armados, evidenciando su convicción en la justicia. Además, su amor por los niños y las familias lo llevó a fundar el Jardín Rayito de Sol en Berazategui, entre otras numerosas obras sociales.
El Padre Miguel fue Cura Párroco de la «Medalla Milagrosa» de Florencio Varela desde 1979, adoptando el modelo de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs), caracterizado por su respeto y tolerancia. También fue un ferviente defensor de los derechos humanos, colaborando con el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) y desempeñando roles clave en la Diócesis de Quilmes.
Su legado incluye la Fundación Padre Miguel, que sigue siendo un refugio para las mujeres víctimas de violencia de género, y su incansable trabajo con comunidades vulnerables, como las mapuches en Neuquén.
El último adiós al Padre Miguel se llevará a cabo en la Parroquia Inmaculada Concepción de la Medalla Milagrosa, en Florencio Varela, con una serie de ceremonias que culminarán el lunes 2 de septiembre, cuando sus cenizas serán colocadas en el templo parroquial.