Todos los errores de los árbitros en contra

Quilmes está atravesando una mala racha con respecto a los arbitrajes y en los últimos partidos fue perjudicado. Pero los fallos en contra del Cervecero no tuvieron la misma repercusión que cuando fue beneficiado por los errores arbitrales.

En ese momento, de manera llamativa los medios masivos expusieron los fallos que lo favorecieron y utilizaron con frecuencia la palabra «robo» o «escándalo» para, por ejemplo, visibilizar los errores que perjudicaron a Ferro.

Es cierto que aquello fue en el contexto de una semifinal. Pero el «circo mediático» fue tal que de manera insólita hasta un árbitro como Nicolás Lamolina, a pocas horas del partido, salió al aire por un canal de TV para pedir disculpas por su error. Algo que nunca había ocurrido y menos en un partido de la B Nacional, que suele estar lejísimo del interés de estos medios, que suelen girar todo en torno de River o de Boca.

El agarrón a Colman, una jugada que terminó en «siga, siga»

Pero en el arranque del campeonato también se cruzó en el camino Ferro y otra vez, se reflejó que Leandro Rey Hilfer había cobrado una mano en el último minuto que no fue y que luego con otro penal, pero esta vez convertido por Julián Bonetto (en la semifinal lo había hecho Federico Anselmo) le dio la victoria al Cervecero.

De manera llamativa, se le vinieron a Quilmes todos los errores arbitrales en contra. Ante Sacachispas, en el último minuto, el árbitro Julio Barraza desestimó una jugada que concluyó con un cabezazo de Martín Ortega que el arquero César Atamañuk pareció sacar desde adentro.

En el último partido jugado ante Instituto en Córdoba hubo una clara infracción del defensor Fernando Alarcón sobre Iván Colman al sujetarlo de la cintura cuando el jugador de Quilmes intentaba eludirlo. Ante el agarrón, Colman se quedó parado y el árbitro Sebastián Zunino aplicó el siga a siga.

Estos errores no fueron dimensionados de la misma manera. Está claro que los árbitros se pueden equivocar y a veces la botella viene medio llena y en otras medio vacía. Pero estamos metidos en un fútbol de llorones, donde lamentablemente pareciera que el que no llora no mama.

redaccion@elsolnoticias.com.ar

Sebastián Kerle

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