La inflación de enero fue del 2,2%: el Gobierno celebra, pero el consumo sigue en caída

La inflación de enero fue del 2,2%: el Gobierno celebra, pero el consumo sigue en caída
La inflación de enero fue del 2,2%: el Gobierno celebra, pero el consumo sigue en caída

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que la inflación de enero fue del 2,2%, convirtiéndose en la más baja desde julio de 2020. El Gobierno nacional destacó la cifra como un logro en el proceso de estabilización de la economía, aunque los indicadores de consumo popular muestran que la recuperación aún no se consolida.

El presidente y su equipo económico celebraron la desaceleración de los precios como una señal de éxito en su política de control inflacionario. «Es un dato alentador que confirma que estamos en el camino correcto», afirmó un funcionario del Ministerio de Economía. En la misma línea, el vocero presidencial destacó que la cifra refuerza la confianza en la estrategia económica del Ejecutivo.

Sin embargo, a pesar de la moderación de la inflación, el consumo de los hogares no muestra señales de recuperación. Según datos de consultoras privadas, la caída del poder adquisitivo y la incertidumbre sobre el futuro económico continúan afectando la demanda de bienes y servicios. Comerciantes y empresarios del sector minorista advierten que la actividad sigue resentida y que, aunque los precios suben a un ritmo menor, la pérdida de ingresos de los trabajadores impacta en las ventas.

Por otro lado, economistas advierten que la baja en la inflación responde en gran parte a una menor emisión monetaria y a la retracción del consumo, pero que el desafío será sostener esta tendencia sin afectar el crecimiento económico. «El freno en la suba de precios es una buena noticia, pero no debe confundirse con una mejora en la actividad económica», explicó un analista.

Mientras el Gobierno celebra la desaceleración inflacionaria, los sectores productivos y los consumidores esperan señales más claras de recuperación. La evolución de los salarios y el nivel de empleo serán claves en los próximos meses para determinar si la estabilidad de precios se traduce en una mejora real del poder adquisitivo.