El 80% de los argentinos ha reducido o directamente eliminado los asados de su rutina, según un relevamiento de Moiguer Consultora. En medio de la crisis económica, las familias locales han tenido que ajustar sus hábitos de consumo, y el asado, uno de los rituales más queridos, ha sido uno de los principales sacrificados. El informe Mood Social, basado en encuestas realizadas entre julio y agosto de 2024 a personas de entre 16 y 75 años, muestra que la disminución del poder adquisitivo está forzando a las familias a hacer cambios significativos en su estilo de vida.
El estudio también revela que el 69% de los encuestados cree que sus ingresos no siguen el ritmo de la inflación, mientras que el 52% tiene deudas. Para paliar la situación, el 45% de las personas ha sumado horas de trabajo o iniciado un emprendimiento propio. En general, el 67% de los encuestados ha reducido sus gastos del hogar, con una mayor incidencia entre las clases media y baja.
El gasto más recortado no fue el asado, sino los taxis, Uber y remises, con un 51% de los encuestados que eliminó o redujo significativamente estos servicios. Otros rubros afectados son las golosinas y chocolates (86%) y las salidas con amigos o familiares (85%).
A pesar de estos esfuerzos por ajustar el presupuesto, incluso gastos esenciales como la educación de los hijos, medicamentos, internet y transporte público también han sufrido recortes, aunque en menor medida.