A tres semanas del trágico derrumbe del apart hotel Dubrovnik en Villa Gesell, que dejó un saldo de ocho muertos y doce imputados bajo la carátula de estrago culposo con agravantes, la escena sigue marcada por las consecuencias del desastre. Toda la cuadra de la Avenida 1, entre el Paseo 103 y la Avenida Buenos Aires, permanece cerrada al tránsito vehicular y peatonal, afectando la vida cotidiana y la actividad comercial en una zona clave del centro turístico.
El colapso no solo destruyó el edificio de diez pisos, sino que también afectó al inmueble lindero, que se desplomó en parte como consecuencia del derrumbe principal. Desde el lunes pasado, las fachadas de ambos edificios han sido tapiadas hacia la calle, bloqueando la vista y despertando la curiosidad de quienes intentan observar desde las esquinas, donde fajas de prohibición de acceso advierten sobre el peligro.
Impacto en la temporada alta
El panorama plantea serios desafíos para Villa Gesell de cara al inicio de la temporada alta, que comienza oficialmente el 14 de diciembre con el aniversario de la fundación de la ciudad. Comerciantes y residentes de la zona temen que la inhabilitación del área afecte la circulación de turistas en uno de los sectores más transitados, lo que podría perjudicar la actividad económica justo en el momento más esperado del año.
“Es muy preocupante. Este corte no solo nos afecta a nosotros como comerciantes, sino que también genera una mala imagen para los visitantes. La gente ve las calles cerradas y las fachadas tapiadas y no sabe qué pensar”, comentó un comerciante local, cuyo negocio queda a pocos metros del área clausurada.
Avances en la investigación
Mientras tanto, la causa judicial avanza con la imputación de doce personas, entre ellas los propietarios del apart hotel y responsables de las obras de mantenimiento, señaladas como posibles negligencias en la estructura del edificio. Según fuentes del caso, las primeras pericias apuntan a que el colapso podría haberse evitado si se hubieran tomado las medidas adecuadas tras detectar fallas estructurales años atrás.
Los vecinos de la zona no ocultan su indignación y reclaman respuestas. “No queremos más tragedias por culpa de la desidia. Acá todos sabían que ese edificio tenía problemas y nadie hizo nada a tiempo”, expresó una vecina que vive a pocas cuadras del lugar.
El desafío de la recuperación
Con la temporada alta a la vuelta de la esquina, Villa Gesell enfrenta el desafío de gestionar las consecuencias de esta tragedia sin comprometer el flujo turístico ni la seguridad de los visitantes. Las autoridades locales, por su parte, aseguran que trabajan contrarreloj para garantizar las condiciones necesarias, aunque todo indica que el área afectada seguirá clausurada por tiempo indefinido.
El derrumbe del Dubrovnik no solo dejó heridas humanas y materiales, sino también un fuerte impacto en la comunidad local, que ahora enfrenta la difícil tarea de reconstruir no solo el espacio físico, sino también la confianza en la seguridad de sus edificaciones y en las instituciones responsables de garantizarla.