El técnico Omar De Felippe, último entrenador con el que Quilmes logró subir a Primera, tuvo su primera consagración en el fútbol grande.
De Felippe será recordado para siempre en Santiago del Estero. Desde que asumió el mando de Central Córdoba en plena crisis deportiva, logró revertir una situación que parecía condenar al equipo a pelear por la permanencia y lo llevó a lo más alto: la conquista de la Copa Argentina y la histórica clasificación a su primera Copa Libertadores.
El entrenador además cuenta con otros dos ascensos a la máxima cateogría como fueron los conseguidos con Olimpo de Bahía Blanca y con Independiente de Avellaneda y un título en Emelec de Ecuador.
Cuando De Felippe tomó las riendas de Central Córdoba de Santiago del Estero en la novena fecha de la Liga Profesional de Fútbol (LPF), el “Ferroviario” era un equipo en caída libre, con solo una victoria en el torneo y acumulando 14 derrotas en lo que iba del año.
Sin embargo, su llegada marcó un cambio rotundo, ya que con un 63% de efectividad, bajo su dirección técnica consiguió 11 triunfos, 7 empates y solo 4 derrotas, logrando consolidar una de las mejores campañas en la historia del club.
Haber ganado la Copa Argentina en Santa Fe ante Vélez no solo marcó un título histórico, sino también el inicio de una nueva etapa para el club, donde competirán por primera vez en un torneo internacional como lo es la Copa Libertadores. Los aficionados emocionados, sintetizaron el sentimiento colectivo en redes sociales: “Gracias OMAR DELAFE”, destacando el profundo impacto que dejó De Felippe en la institución.
El entrenador mostró su alegría luego de haber obtenido el primer título del conjunto santiagueño y remarcó que quedaron “en la historia de un club muy humilde, de una provincia humilde”.
Sobre el cambio positivo que tuvieron los jugadores posterior a la llegada de su cuerpo técnico, De Felippe recalcó que su trabajo constó en “ayudar en lo físico y lo táctico en el día a día” e hizo énfasis en que hubo que “cambiarle la cabeza” a los jugadores.
El DT también remarcó que su equipo “hizo partidos muy buenos y otros no tanto” a lo largo de la temporada, aunque destacó que siempre tuvieron garra, y que sus jugadores lograron “empezar a soltarse y crecer” después de los primeros partidos con su equipo de trabajo al mando.
El entrenador reconocido además por haber defendido a la Patria en la Guerra de Malvinas en 1982, vive su momento más importante en su carrera deportiva.
No siempre el fútbol, como en este caso es tan justo con el reparto de gloria.