Ser equilibrado

Los jugadores de Quilmes saludan tras el partido ante Chaca
Los jugadores de Quilmes dieron una prueba aprobada de carácter ante Chacarita

Quilmes estuvo a la altura del partido. Según como se interprete esta afirmación, alcanzará o no para satisfacer al hincha del Cervecero. Para algunos tendrá gusto a poco lo realizado ante Chaca, para otros será parte de la construcción de un equipo que necesita llegar de la mejor manera al Torneo Reducido.

Es cierto que matemáticamente aún no ha conseguido la clasificación pero la posición en la tabla (quinto puesto), la cantidad de equipos que tiene abajo (tres) y los cuatro puntos con el primero que no ingresaría (con nueve en juego), le da cierta tranquilidad en este último tramo y en breve se aseguraría su participación.

Los que sintieron que el empate ante Chacarita (2-2) no sirve para capear el temporal tendrán argumentos válidos. Desde lo colectivo el Funebrero mostró una mejor imagen y fue superior durante tramos del partido. Los 15 puntos que le llevan en la tabla empujaron al equipo que ahora conduce Ariel Fuscaldo a tener un rol secundario para jugar el encuentro.

Por otro lado, a lo largo de toda la temporada finalmente en la ida y vuelta, Quilmes no le pudo ganar a ninguno de los equipos que lo superan en las posiciones. Por lo que la tabla no le miente al Cervecero.

Entendiendo que este equipo no es el que se anunció a principio de temporada, donde se prometía otro protagonismo en el certamen y que este presente deberá interpretarse, como un conjunto que participará de un Reducido con las mismas oportunidades que cualquiera de los que lo jugarán (más allá de la ventaja deportiva y de localía que expresa el reglamento).

De eso de trata el mencionado “baño de humildad” pero el Cervecero dio el presente ante un equipo superior y estuvo muy cerca de ganar el partido que le hubiese dado, un envión anímico impresionante para afrontar estas últimas tres fechas de la etapa regular de la temporada.

Por lo que son tiempos claves para el cuerpo técnico y los jugadores, que dieron una aprobada prueba de actitud frente a Chacarita. Capitalizar las virtudes que aún se observan en el equipo y mejorar de manera inmediata los errores que también quedan expresados en el campo de juego.

En definitiva ni tan malo ni tan bueno, el equilibrio que poco abunda en esta realidad que nos toca vivir, sería lo más acertado. Lejos de ser un equipo candidato, Quilmes tiene un poco más de un mes para construir uno que pise fuerte cuando le toque jugar el Reducido.

SEBASTIÁN KERLE

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