Solo un buen comienzo

Quilmes empezó de la mejor manera la temporada y su presentación fue aprobada por el público del Cervecero que otra vez, como ocurre en cada inicio, renovó la ilusión de poder volver a Primera.

Será un largo camino el que deberá transitar el equipo y las dificultades que se presentarán deberán sortearse rápido, para no perder el rumbo y así  poder llegar al objetivo. Nada que no se conozca de una categoría como la Primera Nacional, a las que muchos definen como la más difícil del fútbol argentino.

Para eso necesitará no solo de ilusiones o de expectativas que en la temporada pasada se esfumaron en la quinta fecha. Además, habrá que tener argumentos sólidos para poder sostenerse en una pelea en la que Quilmes no arranca como candidato. Hay otros planteles con más jerarquía y mejor nivelados que el que pudo conformar el Cervecero.

La presentación del equipo ha sido muy buena y el 2-0 a Temperley quedó cortó. Más allá del resultado, que lamentablemente no pudo reflejarse en la tabla de posiciones debido al descuento de 3 puntos que sufrió Quilmes, el rendimiento fue lo destacado.

La idea de juego del entrenador Darío Franco, sello distintivo a través de su trayectoria en la categoría, se había visto en los amistosos y el desafío pasaba por expresarla por los puntos. Salvo unos primeros 10 minutos dudosos, el equipo se afirmó en el partido y desarrolló una expresión futbolística que fue del gusto de la gente.

Hubo actuaciones individuales sobresalientes como la de Iván Ramírez y Ramiro Luna pero que se destacaron ante otras también relevantes como la de Axel Batista en la primera parte o el despliegue de Martín Giménez y Lautaro Parisi, que tuvo un par de situaciones para convertir muy claras.

Hubo un gol repleto de fútbol, como el segundo del partido, donde tras una gran acción colectiva que contó con la participación de varios futbolistas, Marcos Enrique sacó un fuerte remate desde afuera que el arquero Juan Francisco Rago no pudo sacar.

El partido hasta le permitió al entrenador darle la oportunidad de debutar a los pibes Santiago Puzzo y Lucas Alfonso. Bienvenidos. Su adaptación deberá ser progresiva y hay que esperarlos, también con ilusión.

Sin quitarle mérito a todo lo bueno que exhibió el equipo, habrá que tener en cuenta que fue solo un partido. Habrá que ser mesurado. Aunque la prudencia no suele ser un distintivo del Mundo Quilmes, donde todo se exagera.

Habrá que consumir paciencia y aprender de lo ocurrido en el pasado, donde se creyó que el Cervecero había ganado la carrera y solo había pasado por la primera curva.

Sebastián Kerle