Este domingo, desde las 21 horas, el presidente Javier Milei presentó formalmente el Presupuesto 2025 en el Congreso de la Nación, utilizando la cadena nacional para llegar a la mayor cantidad de hogares. Sin embargo, a pesar de haber elegido un horario central, cuando se espera que las familias estén viendo televisión, el evento fue un fracaso rotundo en términos de audiencia, registrando un histórico desplome del rating.
Inmediatamente después de que comenzara la transmisión, los números cayeron drásticamente. Según los datos proporcionados por Real Time, el rating de la Televisión Pública se desplomó hasta apenas 0.1 y 0.2 puntos. Otros canales como Canal 9 y Net no superaron los 0.2, mientras que América fluctuó entre 0.3 y 0.5 puntos, y El Trece apenas alcanzó entre 0.5 y 0.6 puntos. El único canal que logró superar el punto fue Telefe, con 2.9 puntos, una cifra también baja para el horario prime time del domingo.
En promedio, la cadena nacional de Milei promedió solo 4 puntos de rating, algo que no se veía en décadas, según el conductor de Argenzuela, Jorge Rial, quien calificó la situación como «una huida del público» y un «bochorno transmitido en vivo». Esta baja histórica en la audiencia se da en un contexto en el que la televisión argentina había mantenido mayores niveles de interés en eventos políticos, al menos en términos de rating.
Protestas por las condiciones de los periodistas en el Congreso
Además del bajo rating, la presentación del presidente generó otra controversia, esta vez entre los periodistas acreditados en el Congreso. Delfina Celichini, periodista de La Nación, fue una de las primeras en quejarse a través de sus redes sociales sobre las restricciones impuestas durante la cobertura. «Por primera vez en la historia, están cerrados los palcos para los periodistas. Hay solo dos balcones, en el lugar de invitados, sin enchufes ni espacio suficiente para trabajar», publicó junto con una imagen que mostraba la situación. Otros periodistas también se sumaron a las críticas, exponiendo las condiciones precarias en las que debían trabajar durante la transmisión, lo que generó malestar en la comunidad periodística.