En un contexto económico marcado por la creciente inflación y el ajuste de tarifas, las familias argentinas enfrentan una carga cada vez más difícil de soportar. En agosto, el gasto promedio en servicios esenciales como luz, gas, agua, transporte y la cuota de la prepaga asciende a 354.106 pesos, una cifra que se ha vuelto demoledora para el presupuesto familiar, particularmente para la clase media.
Este escenario de incremento en los costos de vida no es nuevo en la Argentina, que ha atravesado numerosos periodos de ajuste económico a lo largo de su historia. Sin embargo, los analistas coinciden en que el impacto de las políticas económicas actuales, implementadas por el gobierno de Javier Milei, está teniendo una velocidad de destrucción de la clase media sin precedentes.
El ajuste tarifario, que en muchos casos ha duplicado o triplicado los costos de servicios básicos, ha dejado a numerosas familias luchando por llegar a fin de mes. «Nunca antes habíamos visto un incremento tan abrupto en tan poco tiempo. Las familias que hace apenas un año podían vivir con cierta comodidad hoy se ven obligadas a ajustar drásticamente su consumo o a endeudarse para cubrir gastos básicos», señaló un economista consultado.
La situación es especialmente crítica en el caso de la medicina prepaga, donde las cuotas han experimentado un aumento exponencial. Para muchas familias, la atención médica privada, que antes era una garantía de tranquilidad, se ha convertido en un lujo que apenas pueden mantener. «La salud es uno de los rubros más sensibles, y ver que la gente tiene que optar por reducir sus coberturas o directamente abandonarlas es alarmante», comentó una experta en salud pública.
El transporte es otro de los rubros que ha visto incrementos significativos. Con el aumento del precio de los combustibles y la consecuente suba de tarifas en transporte público, el costo de movilidad se ha disparado, afectando especialmente a quienes deben trasladarse largas distancias para trabajar o estudiar.
Frente a esta situación, el descontento social crece, especialmente entre la clase media, que siente que está siendo la más golpeada por las políticas del gobierno. «Estamos viendo una transferencia de recursos que deja a las familias de clase media en una situación cada vez más precaria, mientras que los sectores más acomodados encuentran maneras de sortear la crisis», afirmó un sociólogo que estudia el impacto de las políticas económicas en la estructura social.
A medida que se profundizan los ajustes, la clase media argentina enfrenta una encrucijada. Con un poder adquisitivo en declive y la constante amenaza de nuevos aumentos, las familias buscan alternativas para sobrevivir en un contexto que parece cada vez más adverso. La velocidad con la que se están destruyendo las bases que sostenían a este sector es motivo de preocupación, y muchos se preguntan hasta dónde podrá resistir la clase media antes de que la crisis se vuelva irreversible.