Las clases magistrales recibirán a 20 alumnos cada una de ellas y se llevarán a cabo los sábados 4 y 11 de julio a cambio de donaciones que permitirán cubrir los gastos de la institución que sigue capacitando a sus alumnos a la distancia.
La fundación fue creada por Bocca a fines de los años 90 con el propósito de acompañar a los jóvenes talentos del país en su formación artística y hacer más sencillo un camino al que le sobran sacrificios y frustraciones.
«Hoy, de los 500 alumnos que tenemos, 400 están becados», explicó a Télam el director general de la entidad, Carlos Repetto, y agregó: «Brindamos 24 clases diferentes en dos unidades troncales: teatro musical, por un lado, y danzas, por el otro. Son 80 maestros, 14 disciplinas y 6 programas sociales activos, con un alto impacto en el campo y en la generación de bailarines y actores jóvenes».
Todo comenzó con un sueño que el bailarín estrella del país tenía en 1997: facilitarle las cosas a los chicos que, tal vez como él, habían llegado al arte desde la periferia de la ciudad, haciendo esfuerzos inverosímiles aún hoy: «La idea era poder ayudar a la gente joven a cumplir su sueño como artista y sobre todo como bailarín», recordó Bocca.
La labor social de la Fundación Julio Bocca es tan excepcional y discreta como su fundador y asiste a chicos y chicas de toda la Argentina y de la región, brinda clases cada domingo en las zonas menos favorecidas de la ciudad, ofrece espectáculos a beneficio de otras ONG, entre otras acciones.
Aunque mantienen buena parte de sus clases a través de internet, la situación es compleja: «Perdimos toda la capacidad de respuesta económica en niveles alarmantes. Esto porque no dejamos a ningún alumno sin su oportunidad y no cancelamos las horas de clases de nuestros maestros», completó Repetto.